Me gustaría poder decir de él lo que me siento incapaz de decir por el hecho de que mi percepción, tanto de su persona como de su obra, desborda las palabras.
Las imágenes creadas por él son la síntesis protéica, la expresión, de un cuerpo hipersensible habitado y regido por una mente libre y vital. La honestidad y el respeto que siente por sí mismo y por la vida que es, permite que su obra progrese de la misma manera y con la misma naturalidad con que se abre una flor. No se percibe el esfuerzo porque lo pone la propia naturaleza de la vida en él. Contemplando sus hilos de luz tuve la sensación de que de ello podía generarse en cualquier momento un pensamiento, tal es la vitalidad que tiene la materia una vez sale de sus manos. Y como la propia vida su obra es evolución. Gracias por ser.
Página de Daniel Canogar.
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