EL ALMUERZO
Estaremos sentados en un banquito bajo la sombra de un glicino. Hablaremos
de cómo el ser humano no va a Marte por falta de tiempo, más que nada. Sacaremos
de nuestras mochilas el bocata de jamón
y la cervecita, y mientras escuchamos el canto de un mirlo y antes de
levantarnos para ir a por un cafelito, notaré recorriendo mi nuca su aliento
cálido. Entonces, sentiré mi cuerpo como lleno de flores y todo lo que antes
estaba, desaparecerá. Y en ese viaje, mirándole a los ojos le diré lo que nunca
antes se me había ocurrido: Nosotros.
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